Hoy voy a utilizar yo el blog, no sé si para saldar un deuda, o rendir un homenaje, o quizá sencillamente para contar una historia, una historia que tiene que ver conmigo, y con un grupo de monte, no muy distinto del nuestro.
Y se remonta a los años que siguieron a la guerra, cuando la pobreza no hacía distinciones, y el ocio se llenaba con imaginación. Por aquel entonces, los domingos no había mucho que hacer, así que a Don Eleuterio, se le ocurrió la brillante idea de reunir a los jóvenes que merodeaban por el barrio domingo sí, domingo también, y llevárselos al monte a pasar el día … y a un domingo, le siguió otro, y a este monte le siguió aquél, y así, domingo a domingo, monte a monte, nació la Aterpe Alai”, un grupo de chicos y chicas, mendizales por afición y necesidad, que al igual que nosotros ahora, madrugaban los domingos para subir al monte, con el mismo sueño, las mismas ganas, el bocata, y sus palos de monte, eso sí, sin goretex ...


Y yo crecí oyendo hablar a mi padre de “la Aterpe”, y de las subidas al monte, y de las acampadas, pero sobre todo, crecí oyendo los nombres de aquellos que

compartieron con él, subidas y bajadas, domingos de bocadillo, y fotos en el buzón. La Aterpe” fue un tesoro para Enri, quien le conocía sabía de la Aterpe y de lo que significaba para él.
Y es ahora cuando esas fotos en blanco y negro que siempre anduvieron por casa, cobran sentido para mí,… y es ahora, cuando por fin entiendo.
Quizás, por que también yo hoy, puedo poner nombre y cara al don de hacer reir y de reirse, la ingenio y la creatividad que se expresan en blogs, gmails y mensajes foreros; a la calidez y la acogida para con los nuevos que a mí me falta; a la sensibilidad y la oportunidad que fotografía momentos, paisajes y detalles que a la mayoría se nos pasaron por alto, al inconformismo de aquellas chicas que ante la falta de respuestas, decidieron crear su propio grupo de monte; a la iniciativa que se atreve, propone, y organiza para cuantos quiera que vengan, a esa sonrisa permanente que disfruta de todo y se le ve; al espíritu aventurero de algunos que nos lleva por caminos que de otro modo no recorreríamos nunca; a la determinación que toma la iniciativa cuando hace falta, y sube, y baja, en busca de un camino transitable para el resto, al amor propio y al coraje que hace decir “yo llego”, o “yo me quedo aquí”, a la mano siempre tendida, a la seriedad y la constancia que cumple semana tras semana, a la decisión de adaptarse al resto cuando se puede mucho más, o mucho menos …
y admiro también a los que suben mejor y más rápido que yo, porque llegan donde yo no llego, y también a los que suben peor, porque su esfuerzo es aún mayor que el mío, y a aquellos que tienen siempre un dulce para ofrecer a los demás, y a los que siempre están dispuestos a participar en todo, y a los que llevan de todo por si a alguien le hiciera falta ...
Por eso, no se si esta entrada salda una deuda con siguealburro, o rinde un hom

enaje a mi padre y a su Aterpe, pero en cualquier caso, sí que me vale para decirle a Enri y a vosotros, que yo también tengo un tesoro.
Beatriz
P.D. Dicho lo cual, y aprovechando el jartón de llorar, voy a ver si pico unas cebollas a vuestra salud ...