Supongo que todos, a veces con ilusión, otras con inquietud, hemos pensado en el porvenir.
A mí me dio alguna vez por pensar en el significado de la palabra porvenir en sí misma, y tras largas cavilaciones llegué a la conclusión de que estaba formada a su vez por dos palabras: por y venir. Y llegué a deducir, incluso, que venía a significar precisamente eso: lo que está por venir. Y esto me llevó a pensar que hay varias formas de sentirnos en el tempo. Yo generalmente tengo la sensación de que somos nosotros los que nos trasladamos por él hacia el futuro, lo cual supondría una posición activa , seríamos nosotros los que a través del tiempo avanzamos en busca de vete tú a saber qué. En cambio pensar en términos de porvenir implicaría una postura pasiva: esperar a lo que nos ha de llegar, como si estuviéramos plantados en un punto y el tiempo fuera trasladándose hacia atrás dejándonos a su paso un puñado de vivencias que, de alguna manera, se habrían desarrollado en algún lugar más allá, como una cinta transportadora que va soltando su carga cuando se encuentra con un obstáculo, que, en este caso, seríamos nosotros mismos.
Un poco asustado andaba yo viendo que en mi cabeza pudieran tener lugar tales cruces de neuronas cuando el otro día vi el anuncio de la fotografía que acompaña esta entrada.
Me pareció sublime.
¿Y si en realidad el porvenir lo que nos va a traer no son más que problemas de aparcamiento? ¿No sería entonces el momento de aprovechar y de comprar esa plaza de aparcamiento, por lo que pudiera suceder, en aquel lugar ignoto y que algún día vendrá a nuestro encuentro?... O quizás simplemente se tratara de un anuncio que puso alguien que pensó que algún día, más o menos lejano, iba a vender su plaza de garaje. O quizá, y esta solución es la que más me gusta, se tratara de un poeta que con sus intervenciones sobre el equipamiento urbano quisiera hacer saltar las chispas de nuestra imaginación.
A mí me dio alguna vez por pensar en el significado de la palabra porvenir en sí misma, y tras largas cavilaciones llegué a la conclusión de que estaba formada a su vez por dos palabras: por y venir. Y llegué a deducir, incluso, que venía a significar precisamente eso: lo que está por venir. Y esto me llevó a pensar que hay varias formas de sentirnos en el tempo. Yo generalmente tengo la sensación de que somos nosotros los que nos trasladamos por él hacia el futuro, lo cual supondría una posición activa , seríamos nosotros los que a través del tiempo avanzamos en busca de vete tú a saber qué. En cambio pensar en términos de porvenir implicaría una postura pasiva: esperar a lo que nos ha de llegar, como si estuviéramos plantados en un punto y el tiempo fuera trasladándose hacia atrás dejándonos a su paso un puñado de vivencias que, de alguna manera, se habrían desarrollado en algún lugar más allá, como una cinta transportadora que va soltando su carga cuando se encuentra con un obstáculo, que, en este caso, seríamos nosotros mismos.
Un poco asustado andaba yo viendo que en mi cabeza pudieran tener lugar tales cruces de neuronas cuando el otro día vi el anuncio de la fotografía que acompaña esta entrada.
Me pareció sublime.
¿Y si en realidad el porvenir lo que nos va a traer no son más que problemas de aparcamiento? ¿No sería entonces el momento de aprovechar y de comprar esa plaza de aparcamiento, por lo que pudiera suceder, en aquel lugar ignoto y que algún día vendrá a nuestro encuentro?... O quizás simplemente se tratara de un anuncio que puso alguien que pensó que algún día, más o menos lejano, iba a vender su plaza de garaje. O quizá, y esta solución es la que más me gusta, se tratara de un poeta que con sus intervenciones sobre el equipamiento urbano quisiera hacer saltar las chispas de nuestra imaginación.
9 comentarios:
Estupenda entrada, este tema me encanta!!!!. Se supone que la carretera es lo que no está claro y por eso nos perdemos tanto.Así que si al menos sabemos que cuando lleguemos no vamos a tener problema para aparcar ya ha merecido la pena el recorrido!!!.
Para que luego digan que todo está escrito!!!.
Un besazo a la persona que ha escrito esto, me ha gustado mucho, gracias!!!
Wow!!!
Si yo pudiera comprarme una plaza de garaje para el porvenir, la compraría sin lineas que limiten mi libertad, sin columnas que rayen mis intenciones, sin puertas que cierren mis ilusiones, sin esquinas que me oculten.
Procuraría que no sería un bajo que pueda inundarse con las lágrimas del pasado. De techo alto donde no tener que agachar nunca la cabeza.
Luminosa, para ver vida. Cálida para poder sentirla.
Una plaza amplia para aparcar la monotonía, el mal humor, el desamor, la envidia, el dolor.
Un lugar donde recordaría que una vez leí que se vendía plaza en el porvenir.
Un besote.
Ante la cantidad de incógnitas que se derivan del cartelito, ¿se os ha ocurrido a algun@ llamar al teléfono que claramente se identifica en la fotografía? Pues a mí sí, y se trata de una parcela de garaje común y corriente (con sus columnas, esquinas e inevitables maniobras de aparcamiento) localizada en un barrio de Sevilla llamado "El Porvenir". Lamento haber dado al traste con las espectativas que había provocado el anuncio en cuestión pero ¡nadie nos quitará la ilusión de haber soñado por un momento con un "porvenir" asegurado.!
Trapu, aunque sólo fuera por leer tus poéticos comentarios, ¡ha merecido la pena soñar despiert@s!
Pues a mí la palabra “porvenir” me lleva de vuelta casi inmediatamente a la infancia, ya se sabe “haz los deberes” si quieres tener un porvenir, no hagas pira “si quieres tener un porvenir”, y también la palabra “porvenir” la asocio a otra, provecho, tener porvenir era más o menos “llegar a ser una persona de provecho”¿y que era ser una persona de provecho? Pues convertirse en una “persona valiosa para la sociedad” toma ya ¡ Ay ené, y con “ser” solamente no valdrá ¿???
Me ha encantado esta entrada y vuestros comentarios ¡¡ Gracias
En Sevilla?... si la foto está hecha en Barakaldo!!
¡qué bonita entranda! gracias a quien lo haya escrito.¡y qué comentarios más acertados y poéticos! Gracais Susana, Trapu, Elisa, Beatriz...
Y reflexionar sobre el porvenir, como si hubiera manera de saberlo e incluso de disponer de plaza!! para llegar y aparcar ¿quién lo sabe?
Aunque la duda es la vida misma, me ha encantdo leeros.
Un beso
Wow!!!
oh!!!! vendedora de sueños con hipoteca, echas al traste la esperanza del obrero fabril de Altos Hornos y baja cama. Niño minero, joven guerrero y de viejo viejo!!! para despertar en en las casas baratas de la calejuela que corta con la calle de la Economía.
P.D. Dedicado a mi tio abuelo Aurelio, vecino del Porvenir.
pues ayer a la noche mientras le daba una vuelta a zuritxo con todo el parque para mí sin ruidos, sin coches y sin gentes (que maravilla) me entretuve dándole vueltas al tema este del porvenir y yo me encuentro más cómoda pensando en que el porvenir como el futuro no existen en realidad, si pienso que voy hacia ellos o que ellos vienen a mí, es como si ya estuvieran escritos y haga lo que haga, no hay salida, pero si pienso que en realidad no existen, pienso también que todo es posible ¡ y como lo encaro todo con otro talante ¡
bss otra vez ¡
beatriz
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